Este concepto se visibiliza a través de una aplicación que integra todos los modos de transporte de una ciudad y permite planificar un desplazamiento, reservar, pagar y acceder a los distintos modos. Pero, como toda nueva tecnología, presenta sus oportunidades y sus riesgos.

Oportunidad de aprovechar la cada vez mayor aplicación de las TICs en el transporte, el enorme grado de conectividad de los ciudadanos y la creciente oferta de nuevos servicios de movilidad, que complementan el transporte público facilitando la no dependencia del vehículo particular para la movilidad urbana. Oportunidad para las administraciones locales de adopción de medidas innovadoras en la gestión de episodios de contaminación, de gestión del tráfico o incluso de la seguridad vial y/o de complementar cualquiera de las medidas emprendidas al respecto con una herramienta para facilitar el transporte sostenible. Y oportunidad de transformación de los hábitos de movilidad del ciudadano, mejorando la información y simplificando el uso.

Sin embargo, puede suceder que MaaS aumente la inequidad donde haya servicios de nivel ‘premium’ ofrecidos a aquellos que puedan pagar más. También podría afectar a los servicios de movilidad urbana existentes, así como incentivar un cambio hacia el uso de vehículos particulares en lugar de modos más sostenibles. Y la digitalización de los servicios de transporte puede crear una desconexión adicional para aquellos menos expertos en tecnología, llevando a una ampliación de la llamada ‘brecha digital’.

Por tanto, puede ser un buen momento para generar un diálogo en el que se pueden poner en común todas estas nuevas ideas y generar un debate sobre los retos y desafíos que plantea la MaaS.