El 2 de Diciembre de 2015, la Comisión Europea aprobó el llamado “Paquete de economía circular”. Este documento establece algunas pautas para garantizar un crecimiento sostenible en la UE mediante la utilización de los recursos de una manera más inteligente y sostenible. Es evidente que el modelo lineal de crecimiento económico en el que confiábamos en el pasado no se ajusta ya a las necesidades de las modernas sociedades actuales en un mundo globalizado.
No podemos construir nuestro futuro sobre el modelo del «coge, fabrica y tira». Muchos recursos naturales son finitos, por lo que debemos encontrar un modo de utilizarlos que sea medioambiental, social y económicamente sostenible. También a las empresas les resulta de interés económico hacer el mejor uso posible de sus recursos.
En una economía circular, el valor de los productos y materiales se mantiene durante el mayor tiempo posible; los residuos y el uso de recursos se reducen al mínimo, y los recursos se conservan dentro de la economía cuando un producto ha llegado al final de su vida útil, con el fin de volverlos a utilizar repetidamente y seguir creando valor. Este modelo puede crear empleo seguro en Europa, promover innovaciones que proporcionen una ventaja competitiva y aportar un nivel de protección de las personas y el medio ambiente del que nos podamos sentir orgullosos. También puede ofrecer a los consumidores productos más duraderos e innovadores que aporten ahorros económicos y una mayor calidad de vida.
El «paquete sobre la economía circular» incluye propuestas legislativas revisadas sobre residuos, así como un completo plan de acción que establece un mandato concreto para la actual Comisión. Las propuestas sobre residuos establecen una visión a largo plazo, clara y ambiciosa, respecto al aumento del reciclado y la reducción de los vertidos, proponiendo al mismo tiempo medidas concretas para abordar los obstáculos sobre el terreno en términos de mejora de la gestión de los residuos y toma en consideración de la diversidad de situaciones en los Estados miembros.
Pero es evidente que la economía circular en el sector de la Construcción no se acaba en la gestión de los residuos, la economía circular abarca todo el “ciclo de vida” del proceso constructivo, por ello consideramos que se inicia ya cuando tenemos sobre la mesa un proyecto constructivo ya sea un puente, una carretera o un edificio, ya en esa fase deberíamos prever o planificar el espacio teniendo en cuenta las circunstancias actuales: situación, comunicación, uso, etc. y cuál puede ser su uso en escenarios futuros de modo que se pueda garantizar la máxima longevidad al proyecto. Lo mismo haremos cuando el proyectista diseñe la obra: optimizará el uso de productos de construcción, planificando de manera que se minimice la producción de RCD’s, el consumo de agua, preverá cuando sea adecuado la construcción modular, la utilización de elementos constructivos industrializados, la posible deconstrucción, y el uso de productos que tras su uso puedan ser reutilizados o reciclados.
Ya en un plano más social debe tenerse en cuenta que el uso de las construcciones requiere un mantenimiento de las mismas, un buen mantenimiento garantiza una mayor duración de edificios, esta durabilidad redunda en la economía y en el ahorro de energía y de recursos. Durante la fase de uso debe ser posible modificar o adaptar la construcción a las necesidades de los usuarios, por ejemplo una vivienda debería ser (idealmente) lo suficientemente flexible como para adaptarse a las necesidades de una pareja joven, como a las necesidades de una familia de 6 personas, esta flexibilidad reduce costes y favorece la calidad de vida, en todo caso es preciso hacer construcciones que se adapten a las circunstancias.
Idealmente un edificio construido para un uso determinado (p.e. hospital) debería poderse adaptar a otro uso (p.e. oficinas o escuela) si las circunstancias del barrio lo requieren, en última instancia proceder a su derribo.
Este nuevo paradigma precisa de un cambio social, y de un cambio en la visión empresarial de los productos (los edificios, la construcción en general) debe ser durable en el tiempo, manteniendo sus prestaciones y su nivel de confort
Para acometer este reto es necesario trabajar juntos todos los actores del sector de la construcción y revisar el estado del arte en el sector, identificando los principales agentes y su posición/acciones ante el reto de la economía circular. Juntos, el grupo de trabajo propuso como objetivos:
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Dibujar el ciclo circular ideal del sector que identifique e incluya los actores principales y su implicación en dicho esquema.
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Identificar las principales barreras y oportunidades, en el ámbito normativo, reglamentario, gestión, organización, económicas, etc.
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Delimitar las responsabilidades y tareas de los agentes: cuáles han de ser los próximos pasos.
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Avanzar en la formalización de indicadores mínimos para hacer un seguimiento y plantear objetivos para los distintos agentes de la construcción.
Puedes disponer del resumen de la sesión elaborado por los voluntarios de la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) pinchando aquí.
Si quieres ampliar información:
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