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I+D en el campo: ovejas que producen leche con más omega 6 ... y de forma natural

07/11/2016 - Pilar Bayón

La sesión técnica dedicada a bioeconomía en Conama 2016 mostrará ejemplos de iniciativas brillantes en I+D agropecuaria y en economía circular. Es el caso de la granja de ovejas de Valladolid dirigida por el ganadero Alberto García Torés, todo un ejemplo de éxito y sostenibilidad a través de la innovación

La innovación de los pequeños detalles puede crear una revolución. Este es el caso del desarrollo de bioproductos más respetuosos con el medio ambiente. Los bioproductos son aquellos que provienen de la materia orgánica, de la agricultura, ganadería, recursos forestales, etc. y son, en muchas ocasiones, básicos en la vida cotidiana.      

En Conama 2016, tendrá lugar la sesión técnica Bioeconomía. La herramienta para el desarrollo de la economía circular (ST-13) donde conoceremos a cinco innovadores en este ámbito. Alberto García Torés ganadero de la Granja de Desarrollo Ovino A.G.M, Joaquín del Rio Camacho, director de Calidad, I+D, Medio Ambiente del Grupo Dulcesol y  Sonia Castañón representante del Proyecto Cyclalg, entre otros, acudirán el martes 29 de noviembre de 2016 al Palacio Municipal de Congresos donde expondrán en qué consisten los avances en bioproductos. Para ir entrando en materia, nos adelanta su proyecto Alberto García Torés creador de la Granja de Desarrollo Ovino A.G.M de Olmedo (Valladolid).              

La idea de Alberto García de crear una explotación de ovino nace en 2002. A pesar de trabajar en el registro, y no conocer totalmente este ámbito, no se desanimó y apostó por una granja  que investigue en I+D, produzca de forma intensiva y cuide los animales de  forma diferente.

“Los comienzos fueron difíciles, empecé con 350 animales y el sector se mostraba bastante escéptico ante los cambios”,  explica este ganadero vallisoletano. “Pensaban que estábamos locos, pero después de doce años casi hemos llegado a 2.000 animales, creamos tendencia y nos visitan escuelas y medios de comunicación”.

Su bioproducto consiste en leche, carne y genética, es decir, la venta de ovejas reproductoras de la raza Assaf  a otras granjas.  Sin embargo, Alberto García, a diferencia de las granjas tradicionales, tiene corderos durante todo el año y sus productos lácteos tienen omega 6 de forma natural. El omega 6 es un ácido graso, que tal y como explica la European Food Information Council (EFIC), junto con el omega 3, es necesaria para absorber vitaminas A, D, E y K y para procesos vitales como el crecimiento, el desarrollo cerebral, ocular y cardíaco.            

La clave: alimentación y producción más competitiva

El primer pilar para conseguir el éxito fue investigar en la alimentación de las ovejas. En una granja tradicional se alimenta a las ovejas con materias secas, jabón cálcico de palma y soja, lo que genera leche con grasas saturadas y, por tanto, más perjudicial para la salud.              

Alberto García explica que, es su caso, se embarcó en un proyecto de investigación llevado a cabo por el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACyL) y alimentó a las ovejas productoras de leche con materias frescas y locales: alfalfa, cebada, maíz y, depende de la temporada, pulpa de remolacha, de girasol, de naranja o  de tomate. Además, se añadió semillas de colza, compuestas de forma natural por ácidos de omega 3 y 6.  Por último, se cambió el jabón cálcico de palma por otro producido con aceite de oliva. Los resultados observados reflejaron que la leche de aquellas ovejas tenía un mayor número de grasas insaturadas, aumentaba la presencia de omega 6 y era más saludable para el consumidor.        

Proporcionar una alimentación fresca y variada a las ovejas, junto con el proyecto de investigación, hace que incremente el precio de sus productos: “Es importante explicar al consumidor por qué un producto cuesta 0,70 y otro 0,90 céntimos”, asegura Alberto García.  

El hecho de que la leche de las ovejas sea diferente ha hecho que Alberto García se sumerja en un nuevo proyecto de investigación. Desde hace dos años, este ganadero trata de realizar cremas y champús para pieles atópicas a base de leche de oveja. La iniciativa es aún un prototipo, por lo que se están entregando muestras a los habitantes de Olmedo (Valladolid) para conocer los posibles resultados.

Una nueva estrategia para la granja de ovino      
 

El segundo pilar del éxito de la Granja de Desarrollo Ovino es la manera de producir. Este ganadero ha conseguido tener corderos disponibles prácticamente en todas las épocas del año y exportarlos a países como Francia, Italia, Bulgaria, Rumania y Chipre.

El periodo de gestación de una oveja generalmente es entre 145 y 153 días, es decir, unos cinco meses aproximadamente y su periodo más fértil es otoño. De forma que Alberto García, en vez de seguir las pautas tradicionales de una granja en España, en las que las ovejas se quedarían preñadas a partir octubre, y tendrían los corderos en primavera, ha dividido la granja en grupos, ha establecido un calendario de apareamiento y las ovejas alumbran en diferentes épocas del año. “Los partos de nuestras ovejas son del 15 de enero al 15 de febrero, del 1 de abril al 1 de mayo, del 15 de junio al 15 de julio, del 20 de agosto al 20 de septiembre y del 1 de noviembre al 1 de diciembre", detalla Alberto García.       

Para aquellos momentos en los que las ovejas serían menos fértiles, como por ejemplo primavera, se utilizan métodos de fecundación como las esponjas vaginales y los implantes de melatonina. Las primeras consisten en introducir una esponja en la vagina de la oveja durante siete días y proporcionarle progesterona, hormona sexual femenina que prepara el útero y facilita la ovulación.

En cuanto a los implantes de melatonina, son pequeñas piezas que se colocan en la oreja de la oveja. Este implante libera la melatonina, una sustancia que normalmente segrega el cerebro por la noche y que simula el acortamiento de los días tal y como ocurre en otoño. De esta forma, pasados 70-90 días, se induce al aumento de  la actividad ovárica de las ovejas.          

“Aparte de estos métodos, estamos intentando que las ovejas se queden preñadas de una forma más natural. Así reducimos el uso de hormonas y, por tanto, la presencia de químicos en la cadena alimentaria”, afirma Alberto García. Por ello, en su granja se desarrollan diversas estrategias. La primera de ellas es introducir en el corral de las ovejas un carnero que, mediante la vasectomía ha quedado imposibilitado para preñar a las ovejas, pero que aún es capaz de incitar el celo y montar a las ovejas. El objetivo de esta iniciativa es que tras dejar a las ovejas un tiempo sin estar en contacto con machos, se introduce este tipo de carnero para que estimule la ovulación de forma natural. Así, una vez las ovejas estén preparadas,  se cambia este carnero por otros y consigue de forma eficaz la preñez de las ovejas.    
        
La segunda técnica es el visionado de fotografías de carneros a las ovejas en fase de reproducción para provocarles el celo de una forma más natural. En este proyecto se han interesado otras granjas y medios, incluso desde Colombia. 

Una granja que apuesta por el bienestar animal

El tercer pilar de la granja de Alberto García es buscar el bienestar animal. El ganadero argumenta que para conseguir los niveles de producción necesarios es muy importante mantener a las ovejas en buenas condiciones. “Si viven mejor, dan mejores rendimientos y al final es bueno para nosotros también", afirma. Y sus métodos son de lo más variados: En primer lugar, pone música según el estado hormonal. Por ejemplo, cuando las ovejas están en fase reproductora suena música romántica. En el caso de los corderos, se pone música pop con voz humana para que se acostumbren a ella en caso de visitas turísticas o de escolares a la granja.        
    
En tercer lugar, se quiere reducir las enfermedades de las ovejas con una menor utilización de antibióticos. “Para ello, se rodea la granja con cortinas biológicas de plantas aromáticas que ahuyenten a los insectos que afecten a las ovejas”, relata el ganadero vallisoletano.

Por último, Alberto García y su equipo formado por tres mujeres y tres hombres, afirma que su filosofía es reducir su impacto en el medio ambiente: “Este año, somos la primera granja del sector ovino de leche en Europa que  tiene hecha la huella de carbono. De esta manera sabemos lo que contaminamos y podemos investigar para reducirlo”, explica. Nada parece parar a este ganadero que pretende conseguir la innovación del sector ovino y un mejor producto en los próximos años.