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Estudiar el medio ambiente a distancia, una realidad tecnológica cada vez más sorprendente

17/10/2016

Los sistemas de teledetección, o detección remota, experimentan un rápido desarrollo para ser empleados, entre otras aplicaciones, en la resolución de problemas ambientales como la contaminación atmosférica y los incendios forestales. En Conama 2016 se expondrán los últimos avances.

El Titanic no se habría hundido si en 1912 hubiera existido la teledetección de icebergs. De hecho, fue a raíz de ese desastre de resonancia mundial cuando se desarrolló el primer sistema de detección de hielo en base al sonido, lo que todos hemos conocido como SONAR, siglas de Sound Navigation and Ranging. Cien años después, los sistemas de teledetección se han desarrollado en numerosos campos y con muy distintas tecnologías.
 
“De forma general la teledetección se refiere al uso de sensores para obtener información de un objeto de manera remota, es decir, el sensor logra detectar ese objeto, y puede ser que también sus propiedades, a distancia”, explica José Javier Martínez, coordinador del grupo de trabajo Teledetección y sensores medioambientales (GT-14) de Conama 2016.

“En el congreso vamos a explicar la participación española en ACTRIS, que es una plataforma internacional de investigación atmosférica, muy útil para evaluar la relación entre el comportamiento de la atmósfera y el cambio climático. En este proyecto se emplea teledetección con tecnología LIDAR (Light Detection And Ranging). Se emplea el láser a distintas frecuencias para detectar aerosoles, la variabilidad de las nubes y los llamados gases traza, que son partículas con una presencia muy escasa en la atmósfera. LIDAR tiene distancias de propagación muy grandes y mide alturas de la atmósfera de varios kilómetros”, detalla Martínez.

Imagen de una joven plantación forestal, a la izquierda, y de un bosque maduro, a la derecha, tomada con la tecnología de láser LIDAR, también útil para medir gases atmosféricos y otras aplicaciones. © Oregon State University 


La plataforma ACTRIS recibe financiación, entre otras fuentes de la Unión Europea a través del programa Horizonte 2020. Pero participan también países y entidades de otros continentes, como Australia, Cuba o Israel, “de manera que toda la información se comparte. Todos los estudios se producen, por decirlo gráficamente, de una manera federada para que el trabajo sea más efectivo”, puntualiza el coordinador del grupo de trabajo del Conama.
 
Otros trabajos que se expondrán durante el congreso emplean la teledetección para otros objetivos y usan diferente tecnología, como el proyecto CORETRA (Control Remoto de Emisiones del Tráfico). “Este desarrollo aplica sistemas ópticos a frecuencias muy altas para detectar las partículas contaminantes que emiten los vehículos. El sensor puede estar a un lado de una carretera pero puede estar incluso más lejos, a cien metros del borde de la carretera”, señala José Javier Martínez. Este proyecto ha sido desarrollado conjuntamente por el Centro de Investigaciones Energéticas Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) y la empresa RSLab, y permite obtener datos muy precisos mientras los coches circulan, sin necesidad de ser auditados uno por uno, como ocurre al someterse a la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). El dispositivo mide todos los gases contaminantes que salen de los tubos de escape, y lo hace de manera precisa, identificando cada coche y en menos de un segundo. De esta manera es posible saber qué vehículos son los más contaminantes dentro del flujo del tráfico.

En Conama se presentan los últimos avances
 
Las contribuciones de la teledetección al estudio y protección del medio ambiente son cada vez más numerosas: “Los satélites incorporan diversos sistemas de teledetección que sirven para elaborar cartografías. En el Conama se van a conocer los últimos avances de esta tecnología aplicada a la prevención de incendios en las islas Canarias”, añade Martínez. También el diseño de nuevos dispositivos aumenta las posibilidades: “Las antenas reflectoras planas en tecnología impresa presentan unas características muy atractivas para su montaje a bordo de aeronaves o de satélites.  En este congreso se presenta un trabajo que estudia su posible utilización en los sistemas de radares meteorológicos. También cabe destacar que la aparición de los drones abre un amplio campo de trabajo en el ámbito del control medioambiental. El grupo de trabajo incluye una ponencia sobre este tema a cargo de Pedro Oñorbe”.
 
La Plataforma Marnoba, para la caracterización de basuras marinas, o el control remoto de cultivos hidropónicos serán otros proyectos que abordará este grupo de trabajo, uno de los más veteranos del Conama.