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¿Por qué apenas se aplica la Evaluación del impacto en salud en España?

15/10/2018 - Pilar Bayón

El grupo de trabajo Evaluación del impacto en salud (EIS) analizará las barreras de implantación de esta herramienta en España, únicamente desarrollada por Andalucía, y su relación con el sector del medio ambiente, el urbanismo y el resto de políticas sectoriales

 

Normalmente se piensa en la salud como ausencia de enfermedad o afecciones, sin embargo, este concepto va más allá. La Organización Mundial de la Salud la define también como un estado de completo bienestar físico, mental y social.
En España esto aparece reconocido en la Ley General de Salud Pública de 2011, donde además, se establece la recomendación de realizar mecanismos que ayuden a detectar aquellos factores que tienen influencia en nuestra calidad de vida.

Este mecanismo son las evaluaciones del impacto en salud (EIS) y están formadas por la combinación de procedimientos, métodos y herramientas con los que se puede analizar una norma, plan, programa o proyecto de cualquier sector (público o privado), en relación a sus potenciales efectos sobre la salud de la población.

A pesar de ello, esta herramienta no es muy conocida y aún no se es totalmente consciente de qué manera afectan a nuestra salud proyectos como la construcción de un ferrocarril, la transformación de zonas verdes o el establecimiento de un plan de movilidad municipal.

Nueva perspectiva de salud en Conama 2018

Dada la importancia del tema y su estrecha vinculación con el cuidado del medio ambiente se presentará en Conama el grupo de trabajo Evaluación de Impacto en Salud (GT-15) con el que se buscará darle visibilidad, generar debate, conectar con el resto de sectores y poner en común iniciativas y experiencias.

“Nuestro objetivo es conectar en un espacio como Conama con todos aquellos agentes, tanto académicos como de los sectores relacionados (salud, medio ambiente, urbanismo, etc.) para tratar sobre la importancia de la EIS y saber por qué la salud se está quedando en segundo plano”, explica Carlos Iglesias, coordinador del grupo y presidente de ECOPÁS (Asociación Técnica de Ecología del Paisaje y Seguimiento Ambiental).

De forma que el grupo de trabajo hará un análisis del estado de implantación de la EIS en España, con especial atención sobre aquellas administraciones que han incorporado este instrumento de manera más decidida, como es el caso de Andalucía, observando las barreras y retos encontrados pero también las oportunidades y beneficios de su aplicación.                 
“Es la primera vez que la salud entra en Conama desde esta perspectiva, por lo que nos parece importante que el resultado final se vea reflejado en un documento muy visual que sea accesible a todos los públicos para que, en Conama 2020, podamos desarrollarlo más y con nuevos agentes”, afirma Elvira Domínguez, coordinadora del grupo y representante de ECOPÁS.

Los retos y oportunidades de la EIS en España

La Evaluación de Impacto en Salud (EIS) tiene su origen en la década de 1990, cuando se impulsó en países como Canadá, Reino Unido, Países Bajos, Australia, Nueva Zelanda y Suecia, entre otros. En España, según explica Maite Morteruel, miembro del grupo de trabajo e investigadora de determinantes sociales de la salud y cambio demográfico de la Universidad del País Vasco, las primeras experiencias de las EIS llegaron entre 2006 y 2010 en forma de experiencias piloto. “Los proyectos se concentraron en Euskadi, Cataluña y Andalucía fundamentalmente; sin embargo, su desarrollo normativo final únicamente se ha desarrollado en Andalucía”, añade.                

Los motivos concretos por los que se ha ralentizado su aplicación se desconocen pero desde el grupo de trabajo ya se han empezado a perfilar algunas de las posibles teorías. Según explica Carlos Iglesias, para que iniciativas de estas características evolucionen se deben cumplir tres requisitos fundamentales: la voluntad política, la aplicación de un marco normativo y la dotación de recursos institucionales, pero no se han observado avances en este sentido. “La medida generó mucha esperanza cuando se presentó pero al no establecerse como obligatoria en la ley, sino como una recomendación, se ha quedado en papel mojado en la mayor parte de España”, opina el presidente de ECOPÁS.               

Otro de los factores es la falta de implicación de los sectores que no están directamente relacionados con la salud. “Cualquier política o sector tendría que hacer estos análisis porque todas tienen repercusiones en la salud. Además, la evaluación debe ser complementaria al resto de evaluaciones para aportar una visión conjunta”, afirma Elvira Domínguez.      

La EIS también tiene asociados una serie de efectos positivos que se expondrán durante el congreso. “El grupo no quiere que se perciba la EIS como un trámite burocrático más. Debe ser una evaluación eficaz que ayude a prevenir problemas futuros, a cumplir los Objetivos del Desarrollo Sostenible y que fomente el dialogo intersectorial, la formación y una nueva visión de los proyectos”, declara Carlos Iglesias.

Durante la sesión de Conama 2018, tras la explicación en profundidad de las implicaciones del EIS, se abrirá un debate sobre la  si es necesario hacer obligatoria esta medida.

Casos de éxito:Andalucía   
       

Por último, en Conama 2018 se explicarán experiencias de éxito en España. “Andalucía ha sido pionera en la elaboración de un decreto a nivel autonómico vigente desde 2015. En Valencia, Cataluña y Madrid hay borradores y grupos de trabajo pero todavía no han tenido ninguna materialización física de una norma. Esperemos que nos puedan contar sus avances durante el congreso”, adelanta Elvira Domínguez.

En el caso de Andalucía, las evaluaciones de impacto en salud se realizan principalmente en tres ámbitos de actuación: los proyectos que están sometidos a evaluación de impacto ambiental, la planificación urbanística y de desarrollo y los planes y programas sectoriales que realiza la propia Junta de Andalucía, como por ejemplo el Plan de Movilidad.

Según explica Luis Ángel Moya, técnico de Salud Pública de la Junta de Andalucía, en algunos casos como en el ámbito urbanístico, el proceso es similar al de otras evaluaciones de impactos. En primer lugar, las personas promotoras realizan un documento en el que se describe  cuál es la actuación que van a realizar y a quién afecta, especialmente aquellos segmentos de población más vulnerables. “Después, este documento va a evaluación pública en un lenguaje sencillo para que la población pueda ofrecer sus alegaciones, las cuales se incluirán en el documento”, continua Luis Ángel.

Una vez hecho esto, el documento llega a la administración y se realiza un informe de impactos. Este sistema está estructurado en nueve grupos, uno por cada una de las provincias andaluzas y otro a nivel autonómico. Dichos grupos son multidisciplinares de forma que puedan integrar los conocimientos de diferentes sectores (salud, técnico, social, etc.) y experiencias de muy distinta índole. Todas las evaluaciones son vinculantes y el plazo para contestar es entre uno y tres meses dependiendo de los proyectos o programas.       
 
“De momento la experiencia general ha sido positiva. Hemos tenido algunas reticencias dentro del ámbito del urbanismo ya que hay muchos informes sectoriales vinculantes y uno más podría retrasar los procesos. Pero creemos que está aportando mucho porque con estos documentos la población puede ver que todo tiene impacto y que la salud es un factor muy importante”, concluye Luis Ángel Moya.